Architecture Pavillion - Mexican Design Open 2020: Utopia
Architecture Pavillion: Future Is Today
CURATORIAL TEXT (PROYECTOR):
To know defects in society, we need to observe its buildings; to know its virtues, it's necessary to take them down. The 2017 earthquakes in Mexico made evident the biggest of problems in our country, but also its greater virtues, such as our people's solidarity. Events with the destructive capacity as an earthquake, accomplish to disrupt as many physical structures - housing and buildings - as much as invisible structures - as the social tissue - It is in these moments, where communitarian spaces are vital to the process of recovery inside a community. San Simón Dice, is a narrative project, seeking to rebuild the collective memory of a community affected by the loss of a home, a school, a significant building. Using different artistic expressiñón technics such as writing, modeling, painting and drawing, structures as a participatory reflection and mourning process, the project faces and overcomes the communitarian trauma, to then give shape to a rebuilt infancy space, describing the way childhood sees and feels the world after the earthquake.
AUTHORS: Children of San Simón el Alto Community + Percibald García + Mezcladora
COLABORATORS: Alina Schmidt, Patricia Valencia, José Pablo Acuña, Ana Karen Godoy, Eréndira Derbez
CURATORSHIP: Proyector: Tania Tovar + Juan Carlos Espinosa Cuok
EXHIBIT PLACE: Pabellón Digital de Arquitectura AMD
DATES: agosto 2020
CONSULTATION LINK: https://www.elfuturoeshoyamd.com/protop%C3%ADas
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INTERVIEW (Spanish)
¿Qué es Protopías?
El término protopía fue acuñado por Kevin Kelly, como un estado social donde la perfección no es buscada. En cambio, se entiende que lo humano está lleno de virtudes, problemáticas y contradicciones que la sociedad va resolviendo paulatinamente, abrazando la complejidad y el dialogo.
La protopía habla del futuro no como algo lejano y ajeno, sino como una posibilidad que vamos construyendo desde las acciones presentes y progresivas.
Desde la arquitectura, estas aspiraciones toman forma en la Producción Social del Hábitat, que entiende a las comunidades y los territorios como el centro de procesos complejos y multidimensionales a través de los cuales nuestros espacios son construidos de forma física e intangible. Con especial atención en procesos participativos que reivindiquen las voces que históricamente han sido minimizadas o canceladas, como las mujeres y la infancia.
San Simón dice, constituye la síntesis de un ejercicio protópico, donde las niñas y niños de San Simón El Alto, reconstruyen de manera colaborativa un espacio educativo desde su sentir y pensar hacia el sismo que afectó a su comunidad en 2017.
¿Cuál es el origen del proyecto?
La comunidad de San Simón El Alto, se vio severamente afectada durante el sismo del 19 de septiembre de 2017. La población perdió decenas de casas y edificios, entre ellos la escuela primaria, que dejó a casi 600 niños sin un lugar para continuar clases. A partir de ese momento las niñas y niños comenzaron un proceso de peregrinaje entre diversos espacios temporales como tiendas de campaña y aulas de lámina que hasta la fecha alojan a la comunidad estudiantil.
Durante el proceso de reconstrucción la mayor parte de las decisiones omitían procesos abiertos y comunitarios. En la escuela especialmente la voz de las niñas y niños, fue ignorada, aún cuando son los principales usuarios de este espacio.
Esto hizo evidente algo que pocas veces vemos: el mundo tiene una lógica primordialmente adulta, donde nada responde al sentir y pensar de la niñez; ni siquiera los espacios educativos y de juego. Es por ello que en colaboración con la comunidad, iniciamos un proceso a través del cual las niñas y niños de San Simón El Alto, reconstruyeran de manera informada y colaborativa un espacio dentro de la escuela que diera representación a su sentir y pensar.
¿Cómo se eligieron las actividades a realizar con la comunidad?
Desde el planteamiento de las actividades el proyecto fue concebido como un diálogo constante entre el equipo, las niñas y niños, así como con los diversos actores involucrados como el comité delegacional, la directiva escolar y una donataria.
Inicialmente creamos una guía que talleres que desde la transdisciplina y el pensamiento complejo abordaran temáticas importantes como la necesidad de reforzar la cooperación y lazos comunitarios, expresar los sentimientos hacia el sismo y la posibilidad de aprender a través del juego. Esto abordado con total flexibilidad para cambiar y replantearse al entrar en contacto con los demás actores y las dinámicas de la comunidad.
Dentro de las actividades principales se creó algo llamado “espacio de inter-aprendizaje”, a través del cual las niñas y niños se convirtieron en co-creadores de conocimiento, marcando mucho de la dirección del proyecto y sus necesidades. Después de este proceso se integraron temáticas de género, ciudadanía y se determinó la voluntad de aprender al aire libre.
¿Por qué hablar de arquitectura desde la perspectiva de los niños. y niñas?
Ver el mundo y nuestros hábitats desde la perspectiva de las niñas y niños nos recuerda que en un mundo lleno de prosa nos hemos olvidado de la poesía. Es decir, en una realidad donde la mayoría de los espacios parecieran imágenes genéricas donde todos viven de la misma manera, hemos perdido la capacidad de imaginar mundos posibles y espacios que permitan la diversidad.
Muchas veces olvidamos que habitamos y construimos el espacio con mucho más que el cuerpo físico; nuestras voces, sueños y la imaginación también conforman nuestros hábitats. Cuando somos pequeños operamos desde lo intangible, el jardín se convierte en un bosque mitológico y nuestra habitación en una sala de conciertos donde nosotros somos directores, orquesta y la música misma.
Entablar conversaciones sobre la arquitectura y nuestros hábitats con la infancia como adultos simboliza la reconciliación con el futuro que la casa como máquina nos ha robado. Significa reconocer que la niñez tiene voz, una manera de ver, sentir, pensar y habitar, que aceptemos o no, representa los espacios del mañana.
¿Cómo relaciona su práctica con la arquitectura? y ¿Cuál creen que sea su impacto en el futuro de la disciplina?
Existe un gran entendimiento sobre cómo es que los espacios se delimitan y construyen a través del cuerpo físico con materiales como la tierra, la madera o el concreto; pero pocas veces somos conscientes de la manera en que a través de nuestros rituales, relaciones, símbolos y vivencias construimos el cuerpo intangible de los espacios. Hemos olvidado que puede existir ciudad sin edificios, pero no sin personas, sin lo humano.
Desde esta perspectiva se vuelve importante cuestionar las prácticas arquitectónicas tradicionales donde los ejercicios de diseño y construcción trabajan sólo con lo tangible. Es normal que exista una paleta de materiales, de especies vegetales y de luminarias; pero resulta extraño pensar que pueda haber una paleta de materiales intangibles con los cuales tenemos la responsabilidad y la oportunidad de trabajar.
Resulta extraño que un proyecto de cuenta cuentos en una plaza sea considerado un ejercicio sobre el habitar, la construcción espacial y fortalecimiento comunitario. Cuando lo normal, pero quizás no lo más sustentable o atinado sería que el arquitecto diseñe y construya una plaza de juegos para lograr el mismo objetivo.
La arquitectura hace tiempo que se alejó del trabajo con lo humano, con lo poético, y con ello dejó de prometernos nuevos mundos. Es por ello que volver a trabajar con lo intangible como parte del diseño abre puertas para que en el futuro cada persona sea arquitecta o no se vuelva alquimista del espacio.
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